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La OCDE rebaja al 2,4 % su previsión de crecimiento para España en 2025

03/06/2025 - ⏱️ 2 min

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha rebajado este martes en dos décimas su previsión de crecimiento para la economía española en 2025, situándola en el 2,4 %, frente al 2,6 % estimado previamente en febrero. El ajuste se enmarca en una revisión generalizada del crecimiento global, motivada por la ralentización de las economías avanzadas, la debilidad de la demanda internacional y la persistencia de tensiones comerciales entre grandes potencias.

En su informe semestral de perspectivas económicas, la OCDE destaca que España sigue mostrando un comportamiento relativamente robusto dentro del contexto europeo, pero advierte que “las exportaciones netas tendrán un impacto menos positivo que en 2023 y 2024”, debido al estancamiento de mercados clave como Alemania, Francia e Italia. El debilitamiento de las manufacturas europeas y la apreciación del euro frente al dólar también influyen en la menor competitividad relativa de los productos españoles.

A nivel interno, el organismo prevé que el consumo privado mantenga un ritmo positivo, apoyado en la mejora del empleo y en la moderación de la inflación, aunque alerta de que “la inversión empresarial podría resentirse si persisten la incertidumbre regulatoria y las condiciones financieras restrictivas”.

La inflación general se estabilizaría en torno al 2,3 % en 2025, en línea con el objetivo del Banco Central Europeo, pero la inflación subyacente —excluyendo energía y alimentos frescos— seguiría por encima del 3 % durante buena parte del año, especialmente en servicios. En este contexto, se espera que el BCE mantenga tipos relativamente altos hasta bien entrado 2026, lo que podría limitar la capacidad de financiación del sector privado.

En cuanto al mercado laboral, la OCDE anticipa una tasa de paro media del 11,6 % para 2025, ligeramente inferior a la de 2024, gracias al dinamismo del sector servicios, la recuperación del turismo internacional y el despliegue de fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Sin embargo, el informe insiste en la necesidad de avanzar en reformas estructurales para mejorar la productividad y reducir el desempleo juvenil, que sigue superando el 25 %.

El informe también advierte sobre los riesgos asociados a la fragmentación política interna. “La falta de estabilidad institucional podría retrasar la ejecución de inversiones clave y frenar la confianza empresarial”, señala el documento, en referencia a los recientes bloqueos legislativos que afectan a políticas de vivienda, fiscalidad e infraestructuras.

España, no obstante, mantiene una posición fiscal más sólida que otros países del sur de Europa. La deuda pública cerraría 2025 en el 107,9 % del PIB, según las proyecciones de la OCDE, y el déficit público se situaría en el 3,1 %, todavía por encima del umbral de referencia europeo, pero con una senda descendente si se mantienen las actuales condiciones macroeconómicas.

El escenario central previsto por la OCDE no contempla shocks externos adicionales, pero el informe dedica un capítulo específico a los riesgos derivados de la escalada arancelaria impulsada por Estados Unidos, que podría afectar tanto a los flujos comerciales como a los mercados financieros globales. En un escenario adverso, el crecimiento español podría reducirse hasta el 2 %.

En resumen, España afronta 2025 con un crecimiento positivo pero menos dinámico de lo esperado, condicionado por un entorno internacional incierto, una política monetaria todavía restrictiva y la necesidad de mayor claridad política para consolidar la recuperación y garantizar un crecimiento sostenido.

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