El metaverso inmobiliario entra en pausa: grandes fondos abandonan proyectos virtuales
23/05/2025 - ⏱️ 3 min
Lo que hace apenas dos años era presentado como la próxima gran disrupción del real estate ha empezado a mostrar signos claros de agotamiento. Varios de los principales fondos de inversión tecnológica y promotoras que apostaron por el metaverso inmobiliario —la compra, desarrollo y monetización de parcelas virtuales en mundos como Decentraland, The Sandbox o Spatial— han empezado a replegarse o desinvertir silenciosamente, según reveló esta semana The Real Deal (13 de mayo de 2025).
Firmas como Andreessen Horowitz, Republic Realm o Metaverse Group están reduciendo exposición o redirigiendo recursos hacia modelos de activos físicos con digitalización aplicada, y algunas plataformas han cerrado por falta de liquidez. ¿Qué ha pasado con la promesa del “ladrillo virtual”? ¿Y qué lecciones deja para el inversor digital minorista?
De los titulares al silencio: el auge y caída del hype
Entre 2021 y 2022, la fiebre del metaverso impulsó la compra de activos digitales por millones de dólares. Parcelas en zonas premium de mundos virtuales llegaron a venderse por cifras superiores a 2 millones de euros, con expectativas de monetización a través de eventos, alquiler, branding o experiencias digitales.
Empresas del sector real estate y lujo participaron en el fenómeno: firmas como Sotheby’s, Gucci o PwC adquirieron espacios virtuales, y se construyeron oficinas, centros de exposiciones o galerías 3D.
Pero en 2023 y 2024, la falta de usuarios activos, el bajo nivel de interacción, la escasa usabilidad y la fragmentación de plataformas debilitaron la tesis de inversión a medio plazo. Hoy, según DappRadar, menos del 5 % de los compradores iniciales mantiene actividad regular en su parcela virtual, y el volumen de compraventas ha caído un 85 % desde máximos.
¿Qué errores estratégicos se cometieron?
Los expertos coinciden en tres causas principales que explican la corrección del metaverso inmobiliario:
- Confusión entre escasez artificial y valor real: muchos inversores asumieron que la mera limitación de oferta digital generaría valor, sin considerar demanda efectiva o utilidad funcional.
- Falta de casos de uso persistentes: más allá de eventos puntuales, las plataformas no lograron atraer comunidades estables que justifiquen ocupación o monetización de espacios virtuales.
- Sobrevaloración especulativa inicial: el exceso de liquidez y el marketing agresivo en plena pandemia generaron burbujas que no se sustentaron en fundamentales.
La consecuencia es clara: el metaverso no ha muerto, pero su aplicación al real estate ha perdido tracción como clase de activo prioritaria.
¿Qué lecciones debe extraer el inversor minorista?
Para el inversor digital que busca construir patrimonio con lógica patrimonial, el caso del metaverso inmobiliario ofrece una lección crítica sobre la diferencia entre digitalización útil y virtualización especulativa.
- La tecnología es un medio, no un activo por sí misma.
- El valor de un inmueble —físico o virtual— depende de su capacidad de generar rentas, utilidad o plusvalía tangible.
- Las estructuras reguladas, con protección legal y custodia clara, ofrecen más garantías que promesas de innovación sin respaldo económico real.
Por eso, muchos inversores están redirigiendo su interés hacia plataformas tokenizadas de activos reales, que permiten fraccionar inversión en inmuebles físicos con gobernanza transparente y retorno medible.
¿Y ahora qué? De hype a integración tecnológica real
Pese al repliegue, la tecnología detrás del metaverso no desaparece. Lo que está ocurriendo es una migración hacia modelos híbridos, donde el real estate físico se complementa con capas digitales útiles:
- Visualización inmersiva en procesos de preventa.
- Gamificación de comunidades de coinversores.
- Digital twins para gestión energética y mantenimiento predictivo.
- Espacios virtuales privados para inversores en promociones exclusivas.
Es decir, menos metaverso especulativo… y más integración tecnológica útil y funcional.
Conclusión: el futuro está en el activo real… con tecnología aplicada
El metaverso inmobiliario ha demostrado que la narrativa sin sustancia no construye patrimonio. La madurez del inversor digital exige rentabilidad tangible, seguridad jurídica y plataformas con estructuras reales.
Para el sector proptech y para plataformas como MVI, el camino pasa por usar la tecnología para hacer el real estate más accesible, transparente y eficiente, sin caer en la trampa de convertir lo digital en un fin en sí mismo.
Únete a nuestra lista de embajadores y forma parte de la comunidad donde encontrarás todo sobre el sector inmobiliario: análisis, tendencias y acceso anticipado a proyectos seleccionados.