Madrid y Barcelona consolidan su atractivo global: el lujo residencial resiste y se revaloriza

07/06/2025 - ⏱️ 2 min

El capital internacional vuelve a apostar por el prime español. Madrid escala posiciones entre las ciudades más atractivas para el inversor global de alto poder adquisitivo.

A pesar del endurecimiento monetario y de la incertidumbre fiscal interna, el mercado inmobiliario de lujo en España no solo se mantiene, sino que se revaloriza. En particular, Madrid y Barcelona siguen atrayendo capital extranjero de forma sostenida, consolidándose como polos estratégicos para la inversión en vivienda de alta gama. Las últimas cifras del Barnes Global Property Handbook 2025, publicado en mayo, sitúan a Madrid como la ciudad más atractiva del mundo para invertir en residencial prime, superando a Dubái, Miami y París. Barcelona, por su parte, se sitúa en el puesto 22 del ranking.

“Madrid representa una combinación única: calidad de vida, estabilidad jurídica, fiscalidad competitiva y precios aún razonables frente a otros hubs globales”, señala el informe de Barnes, uno de los más reputados del sector inmobiliario internacional.

Los ultra-ricos ponen el foco en Madrid

El atractivo de la capital española no se limita a datos de percepción. En lo que va de 2025, se han formalizado más de 300 operaciones en el segmento de lujo por encima del millón y medio de euros, especialmente en barrios como Salamanca, Chamberí y El Viso, según datos de Knight Frank e Idealista.

Además, desarrolladores como Persepolis o Kronos están liderando proyectos inéditos en términos de exclusividad y diseño, como el ático de 17 millones de euros en la calle Padilla —el más caro de la ciudad hasta la fecha—, promovido por Banyan Tree Residences.

“Madrid ha dejado de ser una opción emergente para convertirse en un destino consolidado de inversión prime. Cada vez vemos más compradores procedentes de Estados Unidos, México, Colombia, Turquía y Asia”, afirma Susana de la Riva, directora de residencial de lujo en Barnes España.

Barcelona resiste, pero con más tensión normativa

Barcelona también sigue figurando en los radares internacionales, aunque con una posición más condicionada por la evolución política local. Aun así, la ciudad ha mantenido un volumen de operaciones relevante en 2024 y lo que va de 2025, particularmente en zonas como Pedralbes, Turó Park y Sarrià.

Según el Global Property Handbook, Barcelona destaca por su atractivo cultural, conectividad internacional y peso como hub tecnológico, aunque los inversores demandan mayor claridad respecto a las políticas urbanísticas y fiscales futuras, especialmente en torno al alquiler turístico y la regulación de precios.

La inclusión de ambas ciudades en rankings internacionales se apoya también en la comparación de precios: mientras que el precio medio del metro cuadrado en el segmento prime ronda los 9.000 € en Madrid y los 8.300 € en Barcelona, en Londres supera los 18.000 €, en París los 15.000 € y en Nueva York los 22.000 € (datos: Savills Prime Index, Q1 2025).

Perfil del comprador: capital global con visión de largo plazo

El nuevo comprador de inmuebles de lujo en España ya no es exclusivamente europeo o latinoamericano. Según Engel & Völkers, más del 42 % de las compras en el primer trimestre de 2025 han sido protagonizadas por compradores extracomunitarios, en su mayoría con perfiles patrimoniales sofisticados o planes de relocalización estratégica.

En este contexto, productos como las Golden Visa —aunque bajo revisión—, la fiscalidad favorable a rentas altas en algunas comunidades autónomas, y la estabilidad del euro frente a otras monedas, siguen siendo factores de tracción relevantes.

A medio plazo: resiliencia con selectividad

La previsión de los analistas de BNP Paribas Real Estate y Knight Frank es que el segmento prime en España continuará su senda ascendente, aunque de forma más selectiva. La escasez de suelo en ubicaciones consolidadas, el mayor escrutinio fiscal y el entorno geopolítico actuarán como freno a la exuberancia, pero no revertirán la tendencia de fondo.

En un mundo post-pandemia donde la inversión en calidad de vida se ha convertido en prioridad para las grandes fortunas, Madrid y Barcelona siguen siendo destinos ganadores. En su sencillez, solidez institucional y equilibrio entre tradición y modernidad, ambas ciudades han conseguido lo que otras no: ofrecer lujo sin ostentación, estabilidad sin rigidez y rentabilidad sin volatilidad.

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