La OCDE alerta: el crecimiento de EE. UU. caerá al 1,6 % en 2025 por el impacto de las guerras comerciales
03/06/2025 - ⏱️ 2 min
Las nuevas barreras arancelarias impulsadas por Washington frenan el dinamismo económico y lastran la inversión empresarial
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha rebajado su previsión de crecimiento para la economía estadounidense en 2025 al 1,6 %, frente al 2,1 % proyectado hace apenas seis meses. En su último informe de perspectivas publicado hoy en París, el organismo atribuye el ajuste al deterioro del entorno comercial global, el aumento de los aranceles promovido por la Casa Blanca y el retroceso de la inversión privada.
El informe identifica como principal riesgo la intensificación de las tensiones comerciales con China, México y la Unión Europea, que se ha traducido en un endurecimiento arancelario generalizado desde comienzos de año. En particular, la reciente decisión de duplicar los aranceles al acero y a vehículos eléctricos importados —algunos de ellos hasta el 100 %— ha provocado represalias comerciales incipientes por parte de Pekín y Bruselas.
“Las medidas proteccionistas están reduciendo los flujos comerciales bilaterales y afectando negativamente a la confianza empresarial”, señala la OCDE. “Esto, unido a condiciones financieras todavía restrictivas y a un entorno de elevada incertidumbre política interna, frena la expansión económica de Estados Unidos”.
La inversión privada no residencial, uno de los principales motores del crecimiento estadounidense en los últimos años, se ha estancado en el primer trimestre de 2025 y podría registrar una contracción técnica si persiste la actual política de confrontación comercial. Las importaciones de bienes intermedios han disminuido un 4,2 % interanual, según datos del Departamento de Comercio, lo que impacta directamente en la productividad de sectores como el automovilístico, la maquinaria industrial y la electrónica.
El consumo privado —columna vertebral del crecimiento norteamericano— se mantiene estable gracias a un mercado laboral robusto y a la moderación de la inflación general, que se sitúa en el 3,2 %. Sin embargo, la OCDE advierte de un deterioro progresivo de la confianza del consumidor y una desaceleración del crédito al consumo, especialmente entre hogares de ingresos medios y bajos.
La Reserva Federal, por su parte, ha mantenido los tipos de interés en el rango del 5,25–5,50 %, en espera de señales más claras de enfriamiento económico. Aunque algunos miembros del FOMC han sugerido la posibilidad de recortes moderados en la segunda mitad del año, el riesgo de estanflación —estancamiento con inflación estructural— ha ganado protagonismo en los últimos análisis internos.
En el plano político, el retorno de Donald Trump como candidato presidencial y la retórica agresiva en materia comercial están reconfigurando las expectativas del sector empresarial. Numerosas multinacionales han empezado a revisar sus cadenas de suministro y a ralentizar decisiones de inversión hasta después de las elecciones de noviembre.
A pesar de este entorno adverso, la economía estadounidense sigue mostrando fortalezas relativas en comparación con otros países del G7. El mercado laboral se mantiene sólido, con una tasa de paro del 3,9 %, y la inversión pública en defensa, infraestructuras y transición energética continúa siendo un ancla fiscal importante para la actividad agregada.
Con todo, la OCDE advierte que si se profundiza la fragmentación comercial, el crecimiento podría caer incluso por debajo del 1,5 % en 2026, y recomienda una “reorientación hacia el multilateralismo, combinada con incentivos fiscales específicos que favorezcan la inversión productiva y la innovación”.
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