El conflicto en Oriente Próximo dispara los precios del petróleo y del gas
19/06/2025 - ⏱️ 2 min
La escalada militar entre Israel e Irán, con nuevos ataques a refinerías, oleoductos y plantas petroquímicas en territorio iraní durante la última semana, ha provocado un repunte abrupto en los precios de la energía a nivel mundial. Según datos de ICE y NYMEX, el precio del barril de Brent ha subido un 20 %, superando los 97 dólares, mientras que el gas natural europeo (TTF) se ha encarecido un 15 %, impulsado por el temor a interrupciones en los flujos de suministro desde el Golfo Pérsico.
El impacto ha sido inmediato en los mercados financieros, donde sectores intensivos en energía como la industria química, cementera y siderúrgica han corregido entre un 4 % y un 8 % en bolsa. Por su parte, las compañías energéticas y petroleras han registrado fuertes subidas: ExxonMobil, TotalEnergies y Repsol han ganado entre un 6 % y un 10 % desde el lunes.
Un nuevo frente de inflación para Europa
La subida del crudo amenaza con reavivar la inflación energética en Europa justo cuando los bancos centrales empezaban a relajar sus políticas monetarias. Según estimaciones del Banco Central Europeo, un aumento sostenido del Brent por encima de los 90 $/barril podría añadir entre 0,4 y 0,7 puntos porcentuales a la inflación media de la eurozona en el segundo semestre.
En países con mayor dependencia energética, como España o Italia, el efecto podría ser aún más agudo. La CNMC y el Ministerio para la Transición Ecológica ya han activado mesas de seguimiento para evaluar el impacto en las tarifas reguladas y en los contratos a plazo de electricidad para pymes.
“Un nuevo ciclo de encarecimiento energético complicaría la estrategia de desinflación y retrasaría posibles bajadas de tipos de interés”, advierten desde el Instituto de Estudios Económicos (IEE).
Vulnerabilidad de las cadenas de suministro
Más allá del efecto precio, el conflicto expone nuevamente la fragilidad estructural de las rutas energéticas globales. Irán controla parcialmente el Estrecho de Ormuz, por donde transita más del 20 % del petróleo global y cerca del 30 % del gas natural licuado (GNL) exportado desde Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
Las compañías navieras han comenzado a revisar sus seguros marítimos, mientras que algunos buques de carga ya están siendo redirigidos vía el Cabo de Buena Esperanza, lo que añade entre 7 y 12 días de tránsito y hasta un 15 % de coste adicional por trayecto.
¿Qué opciones tiene Occidente?
Las autoridades europeas y estadounidenses han comenzado a valorar:
- Liberar parte de sus reservas estratégicas de petróleo, como medida de estabilización.
- Aumentar las importaciones desde EE. UU., especialmente de GNL, aunque con limitaciones logísticas.
- Reforzar acuerdos bilaterales con Argelia y Nigeria, como proveedores alternativos para el sur de Europa.
En paralelo, los analistas alertan del efecto que este nuevo pico de precios puede tener sobre los países emergentes con alta dependencia energética, que podrían enfrentarse a déficits fiscales, inflación importada y mayor presión social, en un escenario global ya tenso.
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