El comprador digital marca el paso del nuevo real estate: joven, diversificado y con mentalidad de cartera
06/06/2025 - ⏱️ 2 min
El mercado inmobiliario global vive una transformación silenciosa pero irreversible. Según el informe anual de Proptech Europe Insight 2025, el 46 % de los nuevos inversores en plataformas digitales de real estate tienen entre 25 y 40 años, una cifra que crece cinco puntos respecto al año anterior. Este dato marca un cambio generacional en el perfil del inversor inmobiliario, hasta ahora dominado por patrimonios de edad más avanzada y estructuras familiares tradicionales.
Estas nuevas cohortes no solo invierten diferente: piensan diferente. En lugar de buscar la tenencia directa y exclusiva de un activo, optan por propiedad fraccionada, liquidez parcial, gestión digital y diversificación temática. Además, la mayoría combina su inversión inmobiliaria con carteras que incluyen criptomonedas, acciones tecnológicas, ETFs y activos alternativos.
“Estamos asistiendo al surgimiento de un inversor inmobiliario híbrido: joven, informado y con visión de cartera. No compran una vivienda, compran una tesis de inversión con impacto”, resume Clara Vidal, analista senior de UrbanData.
Plataformas digitales como punto de entrada al sector
El acceso al mercado inmobiliario ha dejado de depender de intermediarios tradicionales. Plataformas como Bricksave, Reental, Civislend o Property Partner permiten comprar participaciones desde 100 o incluso 10 euros, con documentación digital, seguimiento de rentas en tiempo real y mercados secundarios de salida parcial.
Este modelo ha democratizado la inversión, pero también ha elevado el nivel de exigencia. El inversor digital valora la transparencia operativa, la trazabilidad del capital, la arquitectura legal clara y la posibilidad de obtener rentas sin fricción administrativa.
Según Proptech Europe, el 71 % de los compradores entre 25 y 40 años consideran “muy importante” que la plataforma tenga licencia regulatoria, y el 62 % valora positivamente que los activos estén tokenizados, lo que les permite una custodia más flexible y una venta posterior más ágil.
Educación financiera y visión de ciclo
A diferencia del inversor especulativo post-COVID, esta nueva generación se caracteriza por una mayor conciencia financiera y una menor tolerancia al riesgo opaco. Buscan rentabilidades moderadas pero constantes, evitan endeudarse en exceso y combinan rentas inmobiliarias con liquidez en activos más líquidos.
Además, se muestran más interesados en la composición del producto inmobiliario: valoran si el activo es energéticamente eficiente, si está adaptado a nuevas formas de habitar (teletrabajo, movilidad), y si su uso es flexible a lo largo del ciclo económico.
“El joven inversor inmobiliario de 2025 ya no quiere una hipoteca a 30 años. Quiere rendimiento, impacto y control. Y quiere todo eso desde su móvil”, afirma Jordi Mercadé, CEO de una plataforma española de real estate tokenizado.
Implicaciones para promotores y fondos
Este cambio de paradigma obliga a replantear la forma en que se originan, estructuran y comercializan los activos. Las gestoras inmobiliarias que quieran captar este nuevo capital deberán ofrecer producto más segmentado, procesos ágiles, información comprensible y estructuras adaptadas a importes menores pero con escala potencial.
Los fondos patrimonialistas y los family offices también están adaptando su modelo: incorporan cada vez más canales digitales, habilitan coinversión abierta a terceros y rediseñan vehículos para permitir participaciones fraccionadas bajo regulación CNMV o ESMA.
Conclusión
La nueva generación de inversores inmobiliarios no quiere ladrillo; quiere lógica, liquidez y liderazgo digital. Frente a una era de activos opacos y estructuras inflexibles, el comprador digital irrumpe con una visión de futuro: más clara, más dinámica y más exigente. El real estate del siglo XXI tendrá que hablar su idioma.
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