BlackRock y JPMorgan refuerzan su apuesta por la tokenización inmobiliaria junto a Securitize

10/06/2025 - ⏱️ 2 min

Dos de los gigantes globales de la gestión de activos, BlackRock y JPMorgan, han dado un nuevo paso esta semana hacia la integración estructural de la tokenización de activos inmobiliarios en sus estrategias de inversión alternativa. La alianza con la plataforma regulada Securitize, con sede en Nueva York y registrada en la SEC, se consolida con el lanzamiento de nuevos vehículos diseñados específicamente para emitir, distribuir y custodiar participaciones inmobiliarias tokenizadas dirigidas a inversores cualificados.

El movimiento representa una validación institucional del uso de blockchain para representar activos reales, en este caso centrados en propiedades comerciales y logísticas situadas en EE. UU., con valoraciones individuales entre 50 y 250 millones de dólares. A diferencia de pilotos previos, estas operaciones se están diseñando para escalar: no se trata de pruebas de concepto, sino de estructuras con gobernanza, custodia y liquidez integradas desde su origen.

De la teoría a la práctica: interoperabilidad, custodia y acceso

Securitize actuará como infraestructura tecnológica y proveedor de servicios de tokenización, mientras que BlackRock y JPMorgan canalizarán el acceso institucional a los activos. Los tokens, emitidos sobre blockchain pública con soporte para tokens ERC-3643 (cumplimiento normativo), estarán registrados en una base de datos paralela homologada por la SEC, garantizando su trazabilidad legal y fiscal.

La custodia de los tokens y de los activos subyacentes se realizará a través de vehículos cerrados con administración delegada. Según ha confirmado Carlos Domingo, CEO de Securitize, estos productos permitirán a fondos de pensiones, family offices y fondos de deuda “invertir en real estate fraccionado, con liquidez secundaria y sin renunciar a estándares regulatorios”.

Se espera que los primeros lanzamientos se concreten durante el tercer trimestre de 2025, con una capitalización conjunta inicial de entre 150 y 200 millones de dólares, centrada en inmuebles logísticos en la Costa Este de EE. UU.

Una respuesta al nuevo entorno de tipos y liquidez

La apuesta por la tokenización responde a un cambio estructural en la gestión de activos: la búsqueda de eficiencia operativa, liquidez parcial y democratización del acceso a productos antes reservados a grandes tickets. Con los tipos de interés aún elevados y una menor liquidez en el mercado inmobiliario tradicional, las gestoras buscan vías para monetizar inmuebles sin venderlos, facilitando la rotación de inversores y abriendo mercados secundarios digitales regulados.

BlackRock, que ya había participado en la emisión de bonos tokenizados y activos financieros sobre blockchain en colaboración con Circle y Coinbase, ve ahora en el real estate una categoría crítica. La compañía espera que “la tokenización represente hasta un 10 % del volumen total de inversión alternativa en menos de cinco años”.

JPMorgan: de Onyx a la realidad tokenizada

Por su parte, JPMorgan lleva tiempo construyendo una infraestructura propia para activos digitales a través de su red Onyx Digital Assets. Hasta ahora, había centrado sus esfuerzos en operaciones repo tokenizadas y deuda estructurada. Esta alianza con Securitize y la entrada en real estate tokenizado representan un salto cualitativo, al incorporar un activo tangible de baja liquidez histórica —los inmuebles— a su arquitectura digital.

Fuentes del banco han indicado que se evaluará también la compatibilidad de estos tokens con intercambios automatizados de garantías, permitiendo en el futuro su utilización como colateral en estructuras complejas.

Conclusión: institucionalización en marcha

La tokenización inmobiliaria deja de ser una promesa del futuro para convertirse en una herramienta real, probada y escalable, especialmente en manos de los mayores gestores del planeta. La entrada de BlackRock y JPMorgan, con productos que cumplen con los más altos estándares regulatorios, señala el inicio de una fase de institucionalización que podría transformar el acceso, la liquidez y la gestión de activos reales en todo el mundo.

En este nuevo paradigma, la blockchain no es la protagonista, sino la infraestructura silenciosa que permite hacer más eficiente el capital inmobiliario global.

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